sábado, 31 de octubre de 2015

Michael Jackson / Invincible

2001, Epic

8.5

El último trabajo en vida del Rey del Pop tiene ya 14 años. Invincible supuso la entrada de la persona más famosa de la historia en el siglo XXI, una entrada algo embarazosa y, quizás, torpe al tratar de actualizarse a la corriente electrónica de los primeros 2000, pero plagada de cortes que solo pueden llevar el sello Jackson. El disco antecesor a la tumultuosa década mediática del artista cuenta con más de una hora de pop de lo más diverso temáticamente: baladas, rompepistas, sus imprescindibles temas de tipo pacifista/social, introspecciones y experimentos más o menos exitosos. Abriendo con la potente Unbreakable nos encontramos con una primera mitad romántica de todos los ritmos posibles, desde la devota Speechless hasta la brutal You Rock My World. El cambio de siglo queda patente como factor influyente en la tarea compositiva de Michael Jackson en Heartbreaker o Invincible de forma algo forzada, resultado de un viejo maestro que aún no logra danzar con total fluidez en los ritmos de la precoz era digital. Otros momentos como la neosoul Heaven Can Wait parecen haber absorbido con mayor notoriedad los flujos melódicos de un Justin Timberlake por aquel entonces joven pero ya influyente en su género.
El juego con las texturas informáticas y las alteraciones eléctricas de voz dan forma a un 2,000 Watts muy aplaudible. Modernidad sobre lo moderno (algo relamido, Michael) en un corte donde tenemos que fiarnos de que la voz que canta es la del astro de Gary, Indiana.
Dejando atrás otras baladas más o menos melancólicas como Don't Walk Away, Butterflies o la excelente You Are My Life llegamos al personal Privacy en la eterna batalla del creador de Thriller y propulsor del Moonwalking con la prensa del corazón que tanto daño hizo en vida (y vomitivamente también con posterioridad al 25 de Junio de 2009) al cantante estadounidense.
Invincible continua la estela de temas clásicos como Man In The Mirror o Heal The World con Cry, el mejor track de Michael Jackson en este siglo: infinita muestra de su compromiso (aquél que jamás abandonó) con la sociedad. En este caso, el mensaje se centra en la inyección de ánimo a una era plagada por la apatía y el egoísmo a la que flaco favor haría el inminente 11-S y, menos aún, todo lo que tras tal evento estaría por venir al mundo occidental. Cry es una linterna con la que encontrar la salida a un túnel sin aparente luz al final, un himno de optimismo y reconexión con la faceta solidaria que habíamos guardado en un polvoriento armario: "You can change the world, you can touch the sky you're the chosen one, if we all cry at the same time tonight". Hay cabida para el mensaje antibelicista en The Lost Children y las colaboraciones en Whatever Happens, una agridulce historia de amor y decepción acompañada por la guitarra de Carlos Santana .
Threatened, un guiño a Thriller, da cierre a la hora y cuarto de este LP. Una novedosa montaña rusa musical que no deja de explorar los conceptos clásicos que siempre interesaron al mítico Jackson.


You Rock My World https://youtu.be/g4tpuu-Up90
Cry https://youtu.be/mj3MfUR35CM
You Are My Life https://youtu.be/2lnqRpK08do

Deerhunter / Halcyon Digest

2010, 4AD

9.4

Bradford Cox puede, por desgracia, considerarse uno de los artistas con mayor autoridad para analizar cada uno de los matices de la soledad. Su enfermedad degenerativa lo convirtió en un desplazado social durante su adolescencia, y fruto de esa experiencia cosechó un sublime talento para reflejar en canciones la contemplación del tiempo compartido tan solo con uno mismo. Junto a sus compañeros de Deerhunter ha dado vueltas sobre el tema del aislamiento y la depresión con sobrada destreza a lo largo de toda su discografía, sin embargo, y aunque no era precisamente fácil, Halcyon Digest sube un escalón cualitativo para convertirse casi en una conversación irreal entre cantante y oyente. Con una instrumentación menos minimalista que en trabajos anteriores de la banda, pero aún así íntima y poco protagonista, la voz de Cox toma la delantera para expresar confusión en Earthquake o Memory Boy, dos malas jugadas de la memoria. El hilo conductor del trabajo es la depresión, detallada con precisión en Sailing o Don't Cry, ejemplos de progresiva decadencia de nuestra autoestima. Básicamente la idea de la felicidad reside en volver al añorado pasado, bien para entender cuál es la raíz exacta de nuestro abatimiento, bien para ni siquiera indagar al respecto y quedarnos para siempre en nuestro particulares años dorados (Basement Scene, Revival, Desire Lines).

Con respecto al presente más absoluto, ahí están Fountain Stars y Coronado, dos muestras del menosprecio propio característico del pozo depresivo, al que también está dedicado el mejor tema de la banda (así, llanamente): con 4 minutos 58 segundos, Helicopter es una brutal y devastadora llamada de emergencia, un grito de lástima y una petición de clemencia. La sensación de abandono total en todas las facetas de la vida, en la que tanto los demás como nosotros mismos nos hemos desahuciado de cualquier beneplácito como quien deja a un pobre perro en el arcén de la carretera a su completa suerte.
El fin más oscuro es conocidamente inminente, y Cox recurre a este soft rock como último aviso a las conciencias. "No one cares for me, I keep no company, I have minimal needs, And now they are through with me" deja patente la masiva necesidad de contacto humano, para la cuál llegados a este punto estaremos dispuestos a arrastrarnos hasta la última consecuencia: la carta de la dignidad la perdimos hace muchas jugadas, y ya tan solo nos queda la de intentar dar lástima. Como punto central de Halcyon Digest, recoge perfectamente la degradación emocional con la que Bradford y los chicos de Deerhunter trataban de experimentar.


domingo, 25 de octubre de 2015

The Fray / How To Save A Life

2005, Epic

7.3

Los norteamericanos The Fray lograron la proeza de introducirse en el subconsciente colectivo con su canción How To Save A Life en 2005. A día de hoy sigue siendo una de las melodías más recordadas de la década pasada: televisión y radio la utilizaban constantemente hasta que se convirtió en un imprescindible del pop contemporáneo. Sin embargo, frente al estribillo tan pegadizo del tema se sitúa un trasfondo que, sirviendo como hilo conceptual al álbum en que el corte queda recogido, no tiene nada de animado. How To Save A Life, título también del disco, cuenta con unos 47 recomendables minutos en los que la voz de Isaac Slade habla sobre las rupturas, la propia personalidad, la soledad y el arrepentimiento. Todo el LP puede interpretarse a modo de consejo: hasta qué punto no nos merece la pena cambiar si en ello nos va perder una amistad, un amor o un tesoro (tres conceptos que en realidad son prácticamente sinónimos). El tracklist recorre todos los pasos del proceso, desde la separación misma y la inmediata incertidumbre y desconcierto (la genial How To Save A Life, la chocante Over My Head, Heaven Forbid y la devastadora Fall Away, probablemente el mejor corte de la carrera de la banda) hasta la realización de que la búsqueda de una nueva forma de ser nos es imperativo ("si lo hubiera sabido" en Dead Wrong y la emotiva Vienna). La banda hace especial hincapié en lo duro que se hace echar de menos a quien, dándonos cuenta ahora, no valorábamos como debíamos: Hundred, la implorante Look After You, She Is o All At Once.

How To Save A Life es la agenda de quien ha perdido todos sus trenes y, en un gesto de bondad desmedida, comparte su experiencia con aquellos para los que aún no es tarde.


sábado, 24 de octubre de 2015

Avey Tare / Down There

2010, Paw Tracks

8.9

El debut en solitario de Avey Tare (principal vocalista, junto a Noah Lennox, de Animal Collective ) coincidió con su divorcio. Down There es la adrenalina de quien no admite una ruptura tan dolorosa para él, en la que la distancia es tan devastadora como el hecho de que la otra persona es capaz de rehacer su vida mientras nosotros nos vemos sumidos en un pozo cada vez más profundo. Todo el álbum (y en mayor medida su primera mitad) está sumido en una sensación de impotencia y abatimiento inconsolable, solo superados por la inclinación a la temeridad del sujeto que se sabe sin nada que perder. La oscuridad reina sobre la resonancia de los samples y la voz de Portner, subrayada con eco en aquellos pasajes más devastadores. Mitad llanto desconsolado y suplica, mitad odio obsesivo por quien arrastra la luz de nuestros días a lo hondo del océano, Down There es estructuralmente tan dinámico y consistente como todos aquellos trabajados paridos bajo los efectos del desamor, la soledad y la depersonalización consecuente. La apertura viene magistralmente dada por Laughing Hieroglyphic, una descripción del estado mental de Dave Portner, donde los picos de optimismo son anecdóticos frente a las eternas noches de pensamientos densos y ciclícos. La disonancia de la armónica se erige como hilo conductor de una base sencilla pero penetrante de percusiones, sobre las que el cantante recita arrepentido "I was too busy getting lost in the big sound, now I'd trade in all I'd saved to fly to those nights and ask: how are you?". Oliver Twist podría compararse con la pisada a fondo del acelerador de un deportivo, revisitando el concepto de la indiferencia por nuestra propia, despreciable y desgraciada existencia: un repaso a los momentos pasados y la reflexión de qué habría sido de nosotros si solo hubiésemos cambiado una pequeña pero mortalmente venenosa parte de nuestra forma de ser.
Hay más tortura autoinflingida por los recuerdos en 3 Umbrellas y Cemeteries, mientras que la psicodélica Ghost Of Books sueña con la segunda oportunidad.
Down There es un LP extrañamente accesible, suceso explicable por lo fácil que resulta sentirse identificado con el tsunami sentimental grabado a fuego en el espíritu de este título. Teniendo en cuenta la intrincada red de paisajes sonoros con la que cuentan temas como Heather In The Hospital o Laughing Hieroglyphic, parece imposible empatizar con Avey Tare sin perderse en el intento de sentirse cómodo entre los acordes. Sin embargo, oyendo las letras, es estremecedoramente sencillo ponerse en la piel no solo del artista, sino de quien experimenta una historia tan compleja y desestabilizadora como la que inspira al creador de este disco.


Oliver Twist https://youtu.be/HMk2vONzTNk
Laughing Hieroglyphic https://youtu.be/Zz2VGEQ4x-Y

viernes, 23 de octubre de 2015

Wild Nothing / Nocturne

2012, Captured Tracks

8.3

Nadie puede dudar de que la música ayuda en los momentos duros. Incluso cuando en las letras de las canciones se reflexiona sobre aquello mismo que ocupa nuestra mente, lo que podría parecer contraproducente al recordarnos la causa y consecuencia de nuestra infelicidad acaba convirtiendose en revelador, calmante y reparador. Wild Nothing es el pseudónimo artístico del músico estadounidense Jack Tatum, y Nocturne, su segundo álbum de estudio. Nocturne es poéticamente fácil de describir. Nocturne es la noche de insomnio a causa de la persona amada y no obtenida, una noche que se dilata en el calendario hacia el infinito. Siete, ocho o nueve horas de oscuridad bañadas por la luz de las estrellas que aporta al cielo negro ese tono azulado, denso, irónicamente claro frente a las nubes que recorren la mente de quien acompaña a esas jornadas con temas como la imaginativa Disappear Always, la evocadora e idealizadora Paradise o la llanamente perfecta Through The Grass, un tema irracionalmente bello sobre la capacidad del tiempo de volverse estático mientras imaginamos el escenario perfecto junto a esa persona.

El tema homónimo al disco, Nocturne, con sus acordes algo más animados, nos muestra a la completa disposición del amor pasado o del platónico futuro (que más da si hablamos de una ruptura o de una ambición cuando el sentimiento y su complejidad son el mismo). Al final, el propósito de este disco sobre quedadas con la luna en la que no pasamos ni un solo minuto en los brazos de Morfeo es ayudarnos a conciliar el sueño. No precisamente porque se trate de un trabajo aburrido, nada más lejos: sus melodías suenan como nanas en el tono justo en el que nuestro cerebro desconecta su lado consciente, a la vez que con su mantra la voz de Tatum inyecta en nuestro subconsciente las ganas de, mañana, levantarnos de la cama y luchar por nuestro... sueño.


Two Door Cinema Club / Tourist History

2010, Kitsuné

8.9

Los norirlandeses Two Door Cinema Club sorprendían a la escena indie en 2010 con su debut. Acordes frenéticos y dinamismo caracterizan a Tourist History, una excelente guía sobre la autosuperación y la consecución de nuestros objetivos. Liderados por la voz de Alex Trimble, Sam Halliday (guitarrista) y Kevin Baird (bajista y teclista) dan forma a poco más de media hora que arrancan con la nocturna y urbana Cigarettes In The Theatre a modo de presentación: bajo la imagen de un romance a primera vista, fijamos el blanco de nuestra meta. Poco a poco la trama se desarrolla, con la simple pero directa This Is The Life recogiendo la emoción de quien día a día y ladrillo y ladrillo construye su proyecto. Aunque en la paranoide Come Back Home aparezcan retos, estos pueden superarse con la mentalidad optimista y positivista que nos instaura la inspiradora Something Good Can Work. Al final, y sin perder nunca la humildad (I Can Talk, You're Not Stubborn), el trabajo da sus frutos: tendremos la sartén por el mango cuando lleguemos a la potente What You Know, tema más conocido de la banda.

Potente álbum y potente moraleja la que éste contiene: las cosas hay que ganárselas, empezando por creer en uno mismo, continuando por no cejar en nuestro empeño, y acabando por saborear la victoria.

miércoles, 21 de octubre de 2015

The Weeknd / Beauty Behind The Madness

2015, XO/Republic

3.5


En fin, una lástima. The Weeknd había ofrecido mucho hasta ahora, tanto con su carrera anterior como con los adelantos de Beauty Behind The Madness. De ahí a una incursión en el tracklist completo de su último trabajo de estudio va un insalvable trecho, donde la caída en la autocomplacencia no brinda más que bazofia pseudorap que, aprovechándose de la talentosa cualidad del canadiense para encontrar rimas sofisticadas, no lleva a ningún lugar de trascendencia. La primera mitad del álbum, salvo una personal apertura (Real Life) y una conceptualmente bien encaminada pero mal ejecutada Losers (dueto con Labrinth ), es puro desperdicio: carne de machito y fama mal llevada. Can't Feel My Face es un temazo al que, sin entrar a discutir su calidad lírica, no podemos negarle su bailabilidad y dinamismo rítmico. A lo largo del trabajo parece que Abel se arrepiente poco a poco de los primeros y desorientadores pasos que ha dado, mostrándose más cameloso y relajado en Earned It, o más empático en la desgarradora In The Night. El daño, sin embargo, ya esta hecho a estas alturas: la presencia de un dueto con Ed Sheeran me hace temblar de miedo. Un verdadero terror me recorre la médula espinal cuando recuerdo el álbum del pelirrojo, con el que tuve la gentileza de cebarme a gusto en mi reseña sobre "x". Beauty Behind The Madness es un álbum en el que parece que The Weeknd ha tomado, de una de sus más claras influencias, Michael Jackson , la capacidad de mostrar sus dos caras: al igual que Off The Wall y Thriller mostraban la faceta romántica del Rey del Pop, en Bad éste enseñaba los dientes. La primera mitad del disco es Bad, la segunda mitad, Off The Wall y Thriller. En cierto modo dota así de coherencia al título del disco, al que convierte por tanto en conceptual. Aun así, siento decir que no compro la idea, más bien la empleo como ejemplo a evitar. ¿A dónde pretende llegar con el autotune en As You Are, a la crítica estilística a sus contemporáneos? ¿Puede un caballero quedar de chico bueno después de Often o The Hills? ¿Transmite estabilidad quien endiosa a una chica en Angel y luego juega con la idea del suicidio romántico en Real Life? En fin, una lástima.

Especial: Pet Shop Boys

PLEASE (1986, Parlophone)
9.3
ACTUALLY (1987, Parlophone)
9.2
INTROSPECTIVE (1988, Parlophone)
7.7
Quizás sean el dúo británico más famoso de la historia, los colosos del synthpop, los reyes del dance y líderes ceremoniales de los ochenta. Los Pet Shop Boys son la carismática voz de Neil Tennant y el insuperable talento al teclado de Chris Lowe, y ha día de hoy cumplen con los requisitos para ser considerados maestros del pop, no solo por sus melodías capaces de enganchar desde el primer segundo, sino por sus elaboradas letras, que abarcan desde el amor adolescente hasta la política, pasando por la homosexualidad, la historia e incluso el mundo de la fama.
Su mayor proeza comercial les llegó precisamente con su debut: Please llegó con su minimalista portada (marca de la casa para el resto de sus trabajos), su nombre sencillo y directo y West End Girls como himno atemporal. Tratando el amor en los tiempos modernos de Gran Bretaña, este álbum recoge momentos inolvidables como la esperanzadora Love Comes Quickly, la ambiciosa en todos los sentidos Opportunities, la vanguardista Suburbia o la marchosa Why Don't We Live Together?. Pocos grupos pueden presumir de contar con un éxito tan radical e instantáneo como estos londinenses.
Abandonando el sonido distante y nebuloso de su primer título, un año más tarde vería la luz Actually, con una clara inclinación hacia la comercialidad y el rock un poco más facilón en términos de estribillo y composición (sin renunciar a la calidad, quede claro). What Have I Done To Deserve This? es un insuperable duelo romántico rompepistas, Rent es una relajada crítica al consumismo con guiños al mundo de la prostitución y It's A Sin es una tensa crítica a las estrictas normas morales de la Inglaterra aún conservadora de la era Thatcher, aunque la bomba atómica de la excelencia explotaría con Heart: una power ballad donde el nivel de Chris Lowe a mano de los sintetizadores es calificable como de Dios y Maestro Eterno, brindando uno de los cortes más remixados, versionados y reproducidos de la historia del rock. En 2015 sigue sonando en la radio, ¿no es eso, acaso, señal de que nos encontramos ante un clásico? Irrefutable.
Tras Please y Actually, entre los cuales se encuentra Disco, un surtido de remixes creados por los propios PSB sobre las canciones de su primer LP, llegaría el tercer álbum de estudio de la pareja artística: Introspective. En esta ocasión la intención es marcar la tendencia del género de cara a los noventa, y aunque el legado de este disco no es tan influyente dentro de los confines de la agrupación como es el caso de Very, Please, Actually o Behaviour, se puede decir que líricamente estamos ante una gema muy superior a la amplia mayoría de lo que hoy día se edita: el triángulo romántico de Domino Dancing es una cuenta atrás hacia la detonación de la pasión, y pocos cortes recogen esa tensión sexual como éste. I Want A Dog entra dentro de la experimentación a la que nos ha acostumbrado Neil Tennant a lo largo de toda su carrera, mientras que Left To My Own Devices hace honor al nombre del LP y, sobre su enigmática melodía, viaja a lo más profundo de nuestros conflictos, problemas, emociones y anhelos. Incluso hay cabida para discutir la geopolítica con It's Alright, una reflexión sobre el estado de las cosas al respecto de la cual podemos extraer un bostezo de cansancio.


martes, 20 de octubre de 2015

Beach House / Teen Dream

2010, Sub Pop/Bella Union

9.3


¿Cómo no enamorarse de una chica que lo tiene todo para atraparte? Inteligente, creativa y guapa, es Victoria Legrand, que junto a su compañero Alex Scally da forma a Beach House . Con sus melodías suaves y sus infinitamente sofisticadas letras, este dúo norteamericano eleva su propio estado a la trascendencia del dream pop con Teen Dream. En un juego metafórico hermoso, un amor difícil puede narrarse como si tratásemos de contar la historia de un parto complicado. La incondicional entrega de una madre por un hijo que lucha por sobrevivir: una relación descompensada, tensa, al borde del colapso como un recién nacido que libra su batalla contra la despedida prematura en una incubadora. El tema Norway, uno de los cortes más inintencionadamente sensuales de la historia, anticipa lo sinuoso de nuestra aventura romántica antes incluso de comenzar ésta, y ahí está Zebra para confirmar nuestros presagios (Oasis child, born and so wild... all deception, all deception from you"). A medida que pasan las semanas, las palabras dejan de cubrir los huecos que los hechos no completan (Lover of Mine) y, salomónicamente, desconectamos la respiración artificial que brindamos a nuestra nuestra moribunda en Silver Soul para retar a nuestro (ahora) contrincante a poner las cartas sobre la mesa (Better Times). No sin echar antes la vista atrás para intentar encontrar el error que cometimos y pasamos por alto (Real Love viaja al momento exacto en que nuestro "alegórico bebé" fue concebido, y la magia del momento contrasta inexplicablemente con la insostenible situación actual de nuestra pareja protagonista), la devastadora Walk In The Park lo da todo por irremediablemente perdido.

Pero somos fuertes, y no nos dejamos hundir por los errores, a los que llamaremos experiencia: 10 Mile Stereo es una declaración de fuerza, y Take Care, una muestra de que el próximo intento contará con el doble de esfuerzo por nuestra parte.


The xx / Coexist

2012, Young Turks

6.1


El caso de The xx es bastante curioso: ¿qué tienen en mente Romy, Oliver y Jamie cuando editan sus trabajos? ¿Crear música de baile? ¿Jugar con las fluctuaciones rítmicas para conseguir un dance, casi ambient, que incite a menearse con elegancia pero sin desmelenarse? ¿O a lo mejor pretenden asombrarnos con su tensa y distante reflexión sobre el amor de dos personas que, como rectas paralelas, discurren juntas pero nunca se unen? En el caso de Coexist, descartamos la idea, por mínima que sea, de arrancarse al contoneo de la mano de sus acordes. En las letras debe estar la clave: "All I have, I will give to you, and at times when no one wants to, I will give you me, And we'll be, Us". Extraídas de Our Song, el último corte del LP, son frases que se pierden como gotas en la lluvia en el resto del tracklist: conceptualmente Coexist sigue la estela de xx (el álbum debut de la banda), es decir, imaginemos una escena donde las caricias y los juegos de calentamiento no llegan a consumar el acto... Esa sensación templada de inminente satisfacción que nunca llega es la que recogen a lo largo del título. Un constante vaivén de atrevimiento y miedo por parte de los dos protagonistas, él y ella. Unfold, Chained, juegan con la idea de la contención, pero voilá! la clave está en Try: ¿estábamos hablando de una ruptura todo este tiempo? ¿No son ganas de que pase lo que nunca ha pasado sino de repetir lo que ya no pasa? Reunion podría ser la prueba definitiva, o quizás Sunset ("I saw you again, it felt like we had never met"). En cualquier caso, la certeza es que esté pasando lo que esté pasando en Coexist, no es un buen trago para una o ambas partes: dudas en Missing, resignación en Tides, castigo de los recuerdos en Swept Away.

Coexist, amigos, no es más que un intento por repetir xx. Son 38 minutos de nuevos temas que, monótonamente, suenan exactamente igual los unos a los otros, y a diferencia del genial disco anterior de estos londinenses, no hay momentos álgidos a destacar ni una mayor destreza lírica que en el resto del trabajo de la banda. Por no hablar de la distancia estelar en términos de calidad entre títulos como este Coexist y, por ejemplo, el debut en solitario de Jamie (In Colour, 2015). Pese a toda esta aparente mediocridad no nos encontramos ante un disco directamente merecedor de la papelera. Es cierto que estos 11 cortes no sobrevivirán al paso del tiempo, pero como banda sonora para la relajación difícilmente encontrarán rival que los supere en sofisticación.


lunes, 19 de octubre de 2015

Especial: Tame Impala

INNERSPEAKER (2010, Modular)
7.6
LONERISM (2012, Modular)
9.1
Al igual que un viaje cósmico, la obra de Kevin Parker, el hombre tras Tame Impala , genera una sensación de ingravidez constante y eterna en la que el destino de nuestra nave sonora es el conocimiento profundo de nosotros mismos. La última generación de cantantes psicodélicos, descendientes estilísticos de The Beatles o The Beach Boys cuenta entre sus filas con este genio australiano, cuyo primer álbum de estudio, Innerspeaker, aterrizó en la Tierra en 2010 para embarcarnos en una odisea de introspección. La inseguridad se plantea como estrella entorno a la que giran las canciones que componen este LP de 54 minutos: magnificamos de forma irreal nuestros propios defectos, convirtiendo nuestra vida social en una batalla por la supervivencia (Alter Ego, Solitude Is Bliss, I Don't Really Mind), y complicando nuestra búsqueda del amor (Why Won't You Make Up Your Mind?, Expectation o la enigmática y descorazonadora It's Not Meant To Be). Innerspeaker es el diario escrito de un psicólogo cuyo paciente lucha, no sin esperanza (valga como muestra la fugaz luminosidad de Desire Be, Desire Go), por salir de su propio agujero.
Sin abandonar el estudio de uno mismo, dos años más tarde Parker editaba Lonerism, un salto galáctico en complejidad, madurez y calidad. De la inseguridad como tema general en Innerspeaker a una de sus consecuencias concretas: la soledad. Lonerism es un desgarrador grito de desesperación ante la sensación de aislamiento y abandono interpersonal. Una búsqueda constante del equilibrio entre las fuerzas internas que nos quieren desterrar al abandono y las que nos mantienen a flote. La breve She Just Won't Believe Me, la a medias sincera y acelerada Keep On Lying, la confusa Mind Mischief, la obsesiva Music To Walk Home By y, sobre todo, la sublime y a la vez deprimentemente consciente Feels Like We Only Go Backwards juegan en el lado de la sombra. Por el contrario, la seguridad, el ego y la confianza nos vienen devueltos por las píldoras de positividad de la rockera Elephant (chaqueta de cuero, gafas Ray-Ban, actitud de malote), la indiferente hacia quienes no nos quieren aceptar Why Won't They Talk To Me? (ellos se lo pierden) o la celestialmente perfecta Be Above It, un mantra que abre el disco y anticipa su función como dosis de optimismo. Finalmente nos restamos culpa en la catártica Nothing That Has Happened So Far Has Been Anything We Could Control para terminar con la brutal Sun's Coming Up, otro enfoque de la soledad muy diferente al autoimpuesto en el resto de Lonerism: es una dedicatoria a su padre, fallecido a causa de un cáncer durante la grabación del disco anterior.
Es difícil no sentirse identificado con algún pasaje de los narrados por Tame Impala. La escenografía evocada por las ricas letras de las canciones ayuda a la reflexión, la cuál procesamos en trance gracias a las dotes compositivas de Parker. Me reafirmo en la sensación de flotabilidad que generan los cortes de Innerspeaker y Lonerism, que precisamente combatiendo las tinieblas de la soledad, nos aíslan de la humanidad como solo lo consigue la buena música.

It Is Not Meant To Be https://youtu.be/KeZt5IGJ1T8
Solitude Is Bliss https://youtu.be/vxvf7gR4-2M
Be Above It https://youtu.be/EqitvCprMEg
Feels Like We Only Go Backwards https://youtu.be/wycjnCCgUes

domingo, 18 de octubre de 2015

Arctic Monkeys / Suck It And See

2011, Domino

6.1


El cuarto LP de los ingleses Arctic Monkeys es un lío, porque enamorarse lo es, y cuando comienzan a aparecer obstáculos en nuestro camino, la mente y el corazón toman caminos distintos. La lógica nos dicta cautela y nuestro instinto nos llama al riesgo. De ahí nace Suck It And See, un álbum de 41 minutazos donde Alex Turner y su equipo brinda cortes tan dispares como la insultantemente simple e intrascendente Brick By Brick y la experimentalmente excelente Library Pictures. Al margen de momentos olvidables y nuevos senderos creativos, este disco narra una historia tan típica como la vida misma: el amor no correspondido. Abriendo con la poderosa She's Thunderstorms se nos presenta a la chica que protagoniza los sueños del cantante. El tema homónimo al disco ofrece a la dama en cuestión la idea de probar nuevas experiencias, de forma instrumentalmente bastante sugerente, pero no parece que nuestro músico acierte en la diana. De ahí la devastada Black Treacle: noches duras dando vueltas a una sola pregunta: ¿por qué?. Pasan los días y no solo no nos la sacamos de la cabeza, sino que persistimos en torturarnos. La idealizamos en The Hellcat Spangled Shalalala (todo lo que ella hace, dice y es nos parece tan jodidamente perfecto...) y conforme pensamos en ella aumentan los misterios que la rodean y nos vemos aún más atraídos a ella (All My Own Stunts). Estamos al borde de la locura en Don't Sit Down 'Cause I've Moved Your Chair y buscamos razones a nuestro rechazo en supersticiones cada vez más absurdas, todo ésto mientras dejamos pasar infinitas oportunidades por no tener ojos para nadie más que para ella (Reckless Serenade).

Suck It And See es una interesante incursión en los procesos mentales de este tipo de situaciones tan duras, y de las que por suerte se sale (más tarde o más temprano). Es también un trabajo monótono, poco abstracto, pero en absoluto descartable. No topa las posibilidades de la banda, pero desde luego supera a la gran mayoría de sus contemporáneos.


She's Thunderstorms https://youtu.be/tvHz5Rti0cU
Library Pictures https://youtu.be/IdD3nDbj-s8

Animal Collective / Spirit They're Gone, Spirit They've Vanished

2000, FatCat Records

9.1


Cuando Noah Lennox y Dave Portner se conocieron y comenzaron a combinar sus ideas musicales, llegaron a la conclusión de que su obra alcanzaría tal grado de trascendencia que era necesario borrar de las mentes cualquier rastro de música anterior para grabar a fuego su creación sobre lienzos en blanco. Un acto de posible vanidad, pero que se vería justificado por la calidad de sus letras y la capacidad para brindar perspectivas elevadas sobre tópicos tan mundanos como el distanciamiento de las compañías y las costumbres de la infancia o las inseguridades de cara a la paternidad.

El primer LP, en el que aún ni siquiera contaban con el pseudónimo deAnimal Collective , de estas dos mentes de Baltimore se tituló Spirit They're Gone, Spirit They've Vanished, y como dije antes sus incontables capas de sonidos disonantes, cambios de volumen y tonalidades extremas entran en nuestro cerebro igual que un rayo de pura energía destinada a eliminar por completo el contenido de nuestro disco duro. Con Spirit They've Vanished en la apertura, se nos sitúa en el contexto correcto: somos recién llegados en la adultez, no sabemos a dónde tenemos que ir ahora pero sabemos lo que dejamos detrás. Todo es confuso.
Nos encontramos ante un álbum en el que cada canción cuenta una historia, y cada historia esconde una moraleja. April And The Phantom habla sobre la extraña percepción que tenemos del tiempo cuando descubrimos tantas cosas nuevas: nuestro cerebro y nuestro corazón se saturan antes de que, finalmente, las aguas se calmen y podamos remar hacia adelante con mayor sentido común. De lo irritantemente exigente de la vida en sociedad y el primer amor de Penny Dreadfuls saltamos a la devoción de padre profesada en la inquieta Chocolate Girl. "Is the devil in the room, is he hiding in the first drawer?" canta Avey Tare (alias de Dave Portner) en La Rapet, abrazando la reflexión sobre las inseguridades e impotencias del individuo diminuto frente a la vida. Finalmente en Alvin Row, con sus más de doce minutos y medio, encontramos la natural comodidad en nuestro nuevo estado de las cosas, y tomando prestado de la experiencia transmitimos sabiduría a nuestros vástagos en un ciclo infinito que se repetirá generación tras generación.


April And The Phantom https://youtu.be/of63-DLswKA

sábado, 17 de octubre de 2015

The Antlers / Familiars

2014, ANTI-/Transgressive Records

9.0

The Antlers no son una banda líricamente fácil de descifrar. La capacidad semántica de Peter Silberman es seguramente una de las más desarrolladas del panorama indie, algo de lo que da muestra en todos y cada uno de los trabajos de estudio del grupo neoyorquino que lidera.
Si a su destreza como escritor le añadimos su versátil voz, capaz de abarcar el infinito rango emocional que caracteriza a sus grabaciones, obtenemos grandes álbums como los que la agrupación ha editado hasta ahora. Familiars, el último trabajo de The Antlers, no se queda atrás con respecto a todo lo que he descrito anteriormente sobre la banda y sus aptitudes.
La atmósfera sonora de Familiars es, sin duda, la más dinámica y mejor terminada de la carrera del grupo hasta la fecha. Es uniforme y resonante, como si sonase en la habitación de al lado pero sin perder un ápice de los detalles que la forman. Es esa sensación de falsa distancia la que sirve de perfecto apoyo al mensaje central del álbum: la crisis de identidad personal, sus implicaciones en nuestra vida amorosa y diaria y, sobre todo, la magnitud de su impacto en el momento en que colma el vaso de nuestra tolerancia. Familiars es la colección de canciones que analiza ese momento concreto: abriendo con Palace, donde echamos la vista muy atrás hacia nuestro Yo pasado que si que tenía claro lo que eramos, pasamos por cortes como la mentalmente disociada Director, muestra de arrepentimiento por todas las decisiones erróneas que nos han llevado al lugar en el que estamos. Surrender es esa pesadilla en la que estamos inmóviles y el terror nos recorre el alma: un grito dirigido al mundo, que nos cree ausente, para certificar nuestra presencia. Un intento también por autoconvercernos para enfocar los problemas con simpleza y menor agresividad.
Doppelgänger sirve como aviso de nuestra propia conciencia ante las capas de engaño que nos imponemos a nosotros mismos. Un ultimátum en el que se nos alerta de que, cuando nuestra máscara se venga abajo, podríamos llevarnos un shock del que difícilmente nos recuperaríamos.
Conscientes de la necesidad de cambio, la última neurona capaz de reaccionar ante esta catástrofe interna sale a relucir en la reflexiva Hotel. Tenemos que encauzarnos y tenemos que hacerlo Ya. Parecemos decididos a hacerlo en Intruders, no sin padecer la melancolía con la que nuestro lado oscuro lucha por su malévola supervivencia en Revisited. En Parade pensamos que quizás todo este huracán mental de desorientación sea culpa de los demás, lo cual no sería de extrañar e, incluso, sirva como respuesta a todo este asunto.
Un LP perfecto para darse cuenta de que hasta la peor depresión no es más que un sádico juego del lado más tenebroso que todos llevamos dentro. Con los 54 minutos de dream pop que forman Familiars, reunirnos con aquella versión de nosotros mismos con la que compartamos total afinidad será un camino mucho más fácil de transitar.

Especial: Arcade Fire

FUNERAL (2004, Merge/Rough Trade)
9.6
NEON BIBLE (2007, Merge)
9.3
Oh, Canadá... Un país tan bello e invernal como los acordes de una de sus bandas musicales de referencia, el grupo revelación de la música intelectual en los 2000. Arcade Fire nacía con las voces de Win Butler y Regine Chassagne (actualmente casados y padres) y las dotes musicales de otros genios cuya lista ha ido incrementándose y reduciéndose hasta los actuales seis integrantes de la banda. De momentos difíciles, con pérdida de seres queridos, este grupo de mentes lanzaba la ópera prima del pop barroco: Funeral. Con sus 48 minutos, esta pieza atemporal recoge, con la verdad que transmite una grabación hecha con medios prácticamente caseros, la fugacidad de la vida, el acecho de la muerte, la recompensante dureza del amor y el apoyo que supone la familia. Como una impecable obra de teatro, los cuatro primeros "actos", Tunnels, Laïka, (el interludio de Une Annee Sans Lumiere), Power Out y 7 Kettles, exploran el paso de los años y la llegada de la madurez en la que inevitablemente acabamos siendo absorbidos por la vida de nuestros padres (la aburrida edad adulta). Las hojas del calendario van siendo arrancadas por nosotros como las vidas de nuestros mayores son arrancadas por las hojas del calendario, y solo pervive el recuerdo, por eso en Laïka se nos llama a hacer grandes cosas gracias a las que nuestra imagen perdure con mayor intensidad en la mente de quienes permanecen en este lado de la luz. En Power Out visitamos la llegada de la razón tras la infancia y descubrimos que el mundo existe más allá de nosotros mismos, y no es precisamente un lugar idílico en el que vivir, mientras que la angustiada Crown Of Love explora el asunto amoroso como una aventura larga y sinuosa en la que, hasta llegar a nuestra meta, no hacemos más que tropezar con obstáculos y dolorosos rechazos acompañados de largas noches de soledad.
La realista Wake Up habla sobre la apertura de la mente en la juventud temprana a la que hacía referencia Power Out, y ensalza la importancia de este proceso como paso que nos evite los engaños y artimañas del mundo. Algo así como decir: "a quien no espabila se lo comen". Haïti es la especial dedicatoria de Regine Chassagne a su tierra natal, siempre azotada por la pobreza y la dictadura, mientras que la minimalista In The Backseat evoca la sencillez como modo de vida. Rebellion (Lies) es el himno del álbum, una poderosa pancarta a favor de los sueños en los que podemos dar rienda suelta a nuestra personal 
travesura, a la cual debemos encerrar en el mundo real. Funeral, una perfecta combinación de infancia y vejez, los dos puntos de unión entre la eternidad de la existencia (los que vienen y los que se van), para transmitir su idea positivista final: demos gracias por todos los momentos buenos que disfrutamos, y quedémonos con ellos.
Tres años después de editar su debut, los de Montreal dejarían clara su grandeza dando un cambio radical a su propia imagen. Es aquí donde nace una de las características más evidentes de Arcade Fire: son un grupo completamente diferente en cada disco. Neon Bible es un giro hacia una producción profesional y un sonido mucho más claro y, a la vez, denso. Conocemos a los Arcade Fire más tétricos y antisistema hasta la fecha, feroces
críticos del "pan y circo", del inmovilismo, levantándose en armas contra los poderes a través de la rebeldía y la evasión. El LP abre con Black Mirror, una paranoica muestra de odio contra el papel atontador de la televisión, que nos distrae de la verdad y nos vende la artificialidad mientras nos mantiene como dóciles miembros del rebaño global. Contra la superficialidad de los medios se expresan también en la oscura Neon Bible. Haciendo uso de su explicación sobre la tarea hipnotizante de la comunicación de masas y la publicidad, justifican su posterior visión explotadora e injusta del modo de vida occidental en temas 
tan cegadoramente clarificadores como la neblinosa Ocean Of Noise (sobre la falsa libertad que nos es vendida), la dispar Black Wave/Bad Vibrations (lo irreal de nuestras victorias, que nos son dadas por "ellos" a modo de caramelo con el que acallar nuestras quejas) o las duras Intervention y Antichrist Television Blues, que tratan la alienación y explotación laboral. Con Arcade Fire siempre hay hueco para el pasaje de esperanza: ahí están la ideal No Cars Go y la reivindicativamente liberadora Windowsill. Neon Bible, un disco de 47 minutos que, hasta la fecha, es el título líricamente más complejo de los canadienses.


viernes, 16 de octubre de 2015

Björk / Vulnicura

2015, One Little Indian

6.1


Tras escuchar el nuevo disco de Björk uno piensa en si debe ser difícil ser una artista vanguardista, solo comprendida por un segmento bastante reducido (sobre todo desde su álbum Medulla en adelante) del público. Siempre categorizada como un bicho raro dentro de la industria, amada por unos pocos e ignorada por la mayoría. En realidad, como todo artista que se precie, la islandesa no se ve afligida por el carácter marginal de su éxito, de ahí que de hecho en la última década sus trabajos hayan ido creciendo exponencialmente en complejidad y abstracción hasta el punto de no tener una lectura real más allá de la propia aleatoriedad.
Sin embargo, con Vulnicura el mensaje es claro. Asistimos al funeral del corazón de Björk tras la ruptura con su marido, el versátil artista plástico norteamericano Matthew Barney. La cantante se siente abandonada a su suerte en medio de la calle, con su hijo y sin ningún lugar (metafóricamente hablando) al que ir. Algo así como la mendicidad emocional ha llegado a su vida, y lo expresa de forma desgarradora en su nuevo álbum.
Stonemilker abre el LP como un consejo a seguir, y reza que debemos dar importancia solo a quien realmente nos devuelve el interés y la atención que vertemos en él. En el tema más radiable del disco, la tensa Lionsong, Bjork avanza niveles en el proceso de la ruptura dando por sentado que ya no hay nada que hacer a ese respecto, sin embargo el océano de sentimientos contrapuestos le crea un colosal conflicto interno que no sabe combatir. Lionsong es, en realidad, una petición de ayuda, y dan ganas de dar un abrazo a la cantante en este punto para transmitirle nuestro apoyo.
Paso de puntillas por History Of Touches por ser uno de esos temas de Björk tras los que parece haber una cierta necesidad de relleno, vistos un contenido lírico fácilmente repartible entre otros cortes del disco y una rebuscada estructura melódica de electrónica confusión que, a mi entender, no guarda relación con lo cantado (en concreto un repaso a todas las caricias, besos y polvos de la pareja, a modo de "con lo que tu y yo hemos sido").
El denso e incómodo Family parece más bien un intento por dar pena en el juicio por la custodia del hijo, sin embargo la tensión se relaja en la halloweenesca Notget, un inteligente tema sobre la trascendencia espiritual del amor. Sin duda más referencias al profundo impacto que la ruptura ha tenido en el corazón de la creadora de Homogenic, uno de los mejores discos de electrónica de los 90.
El emotivo corte Black Lake es el punto más doloroso de todo Vulnicura: se puede notar a flor de piel el sentimiento casi fúnebre que recorre a Björk, cuya voz se alza profesionalmente clara como no lo hace en ningún otro momento del trabajo. Instrumentalmente una pieza genial, siempre subrayada por cuerda y con ocasionales puntualizaciones electrónicas.
La (a falta de un adjetivo mejor, por su sonido inicial, ¿medieval?) Atom Dance juega el papel de arrastre ante el ex, no pidiendo abiertamente otra oportunidad, claro, pero insinuando de forma bastante evidente lo "divertido y cómodo de no estar solo". Finalmente recuperaremos la endereza en Mouth Mantra para continuar con nuestra vida en Quicksand, de forma triste y resignada pero sin perder nuestra esencia personal y mirando hacia adelante.
Vulnicura es como cualquier otro disco de Björk en cuanto a estructura: una verdadera ópera donde cada track es un acto. Una ópera personal. Muy personal. Demasiado personal. Abrasivamente personal, lo cual conlleva un grado de saturación que, si bien no es insalvable, es difícil de digerir.


Lionsong https://youtu.be/MWHpoJT3qK4