(2016, XL Records)
(gen: rock/electrónica/experimental)
9.1
A ver cómo explico yo este disco. Que Radiohead es la banda de rock en activo más importante que existe no lo digo yo (que también, que cojones), pero si tenemos en cuenta la relevancia que el trabajo de los de Thom Yorke ha tenido en la música del siglo XXI, a nivel de rock, de electrónica, de estilo lírico y de temática, no hace falta que lo diga nadie para ser algo evidente, incluso cuando su carácter "alternativo" (Dios sabe que quiere decir eso hoy día) la marginaliza a una parte grande pero minoritaria del público. No se trata de ser original ni de buscar una finalidad concreta a la obra de Radiohead, se trata de tener una perspectiva global del tiempo en que se encuentran, de la forma de hacer que tienen y de lo que transmiten álbumes como OK Computer, Kid A, In Rainbows o The Bends. Radiohead ya no es ni siquiera una marca, como muchos la consideran, es una corriente, un género en sí mismo del que han nacido mil y una bandas (por citar las más conocidas, Coldplay, Keane, Arcade Fire, Interpol, el Muse más reciente, el Wilco post-Summerteeth, Modest Mouse...). A Moon Shaped Pool es, por tanto, un batido de todos los estilos que la banda ha tenido a lo largo de sus historia.
Para entender eso, hay que aunar dos ideas entorno a A Moon Shaped Pool: en primer lugar gran parte del trabajo esta formado por canciones que Radiohead tiene en el tintero, al menos, desde la era The Bends (1995) y que a través de los años han ido acumulando polvo de las distintas fases del grupo; y en segundo lugar la evidente influencia que el trabajo en solitario de Yorke en los últimos años ha tenido en la ejecución final del disco. De ambos preceptos resulta la mezcla de temas electrónicos y excesivamente abstractos como Daydreaming o Decks Dark (dos que son de lo mejor del LP) con cortes como Burn The Witch, más política y con presencia dominante de guitarra, muy a lo "era Hail To The Thief". Esta es, por cierto, la mejor canción del disco por todo lo posible: es actual (crítica al racismo, la intolerancia y la actitud reaccionaria en boga por el asunto refugiados y la islamofobia) y recuerda a cuando Radiohead era comprendida como pop rock de guitarra (los comienzos de la banda). Por eso consideraré a Burn The Witch como "una segunda juventud revolucionaria".
Desert Island Disk es un corte más intimo, nacido del romance entre Amnesiac (2001) y una guitarra, mientras que vocalmente no se aleja en nada de cualquier canción de The King Of Limbs (2011) (vaya mezclita). Glass Eyes podría haber sido el tema que cerrase el Kid A del año 2000, como un Treefingers con letras: una meditación sobre lo entumecidos que nos sentimos todos en medio de la rutina moderna que en cierto punto se vuelve tan irreal como un sueño. True Love Waits por fin ha sido grabada en versión de estudio y cierra el disco como un fantasma: la oyes pero no la ves, es escurridiza y te asusta, no se la entiende, pero la acabas queriendo (esa definición vale tanto para la canción como para su mensaje, el amor).
En fin, que sí, que lo han vuelto a hacer. (nota: Kid A sigue siendo mi favorito para siempre y pa' los restos)