(2007, Domino Records)
(gen: experimental)
9.4
En el álbum más loco, salvaje y a la vez profundo que jamás se ha creado, los de Baltimore contaban en 2007 como la vida nos viene grande cuando maduramos y somos conscientes de todas las exigencias que la vida social y profesional nos arroja sin piedad. Strawberry Jam es un carrusel extremo de sensaciones y momentos aislados que juntos componen la sinfonía propia de la locura que caracteriza a la adultez. "Peacebone" es un psicopático mensaje de esperanza para todos aquellos inseguros abandonados por Cupido, a los que se trata de convencer de que en algún lugar del mundo está nuestra media naranja, tan rara y extraña como encantadora y singular como nosotros, esperando encontrarnos más pronto que tarde. "Unsolved Mysteries" es la parodia de los problemas humanos, la sátira de nuestra propia carrera por solventar nuestros quebraderos de cabeza de la misma forma que los conejos corren tras una zanahoria pegada a su cabeza. El mensaje clave llega en el momento en que se nos hace ver que al otro lado del muro que día a día tratamos de saltar tan sólo se encuentra la paz eterna, y por eso el mensaje de Portner es: eh, tranquilo, al final del viaje sólo está la muerte, así que limítate a disfrutar del camino".
Bajo un cielo más íntimo, "For Reverend Green" remata la idea vitalista de "Unsolved Mysteries" añadiendo una aclaración que pocas veces tomamos en consideración, y es que lo que nos depara el futuro es tan incierto que, de no disfrutar el presente y las oportunidades que éste nos brinda y que son irrepetibles, estaríamos cometiendo un pecado imperdonable. Siendo difícil para una canción destacar entre tantos grandes momentos en este cuaderno de apuntes que es Strawberry Jam, "Fireworks" lo consigue y se erige como elemento central del trabajo de Animal Collective. Con una percusión siempre al borde de la ruptura pero con un ritmo moderado, estamos en el tono adecuado para hablar de lo infravalorado que tenemos a los pequeños momentos que construyen lo que los humanos definimos como la verdadera felicidad, frente a lo sobrevalorado que tenemos a la rutina, las obligaciones y las ralladas mentales. Si fuésemos capaces de dar la vuelta a ese equilibrio de la forma en que estos norteamericanos nos cantan en este profundo tema, la naturalidad con la que las sonrisas brotarían de nuestras caras dejaría pasmado al otro lado de nuestra persona, al Yo antipático y aburridamente maduro, responsable y cerebral.
Sonoramente siempre he creído que Animal Collective es, pese a su espíritu electrónico (mayormente en los últimos trabajos de la banda), una de las formaciones con el sonido más orgánico de cuantas han existido: si uno afina sus cinco sentidos mientras oye el trabajo de estos músicos puede sentir la oxidación microscópica de los instrumentos, el sudor brotando de sus frentes, el sonido de los dedos pulsando las teclas de los teclados o la sangre fluyendo por las venas del cuello de Noah Lennox al cantar sus enigmáticas voces agudas de acompañamiento. Esa capacidad para excitar la percepción de lo natural a gran escala es lo que, para mí, da credibilidad a un grupo para hablar de temas tan oscuros como ciertos e inevitables como los ingredientes del crecimiento personal de la forma en que lo hacen. En resumen, reconecta con tu instinto, ese que reprimes en una sociedad de plástico y publicidad. Saca un poco más al Animal que llevas dentro.